El joven artista, Joan Miró, llega para recuperarse de una enfermedad en la masia que tiene su familia en Mont-roig del Camp. Allí decide hacer un cambio radical de vida y dedicarse a lo que más le gusta, la pintura. Miró aprecia mucho ese paisaje y es un gran observador de la naturaleza que le rodea.
Viaja a Paris donde conocerá y hará amistad con Pablo Picasso. Después de su primer viaje, y a caballo entre Mont-roig y Paris en 1921 y 1922 pintará el famoso cuadro de “la Masía”, trabajó en él durante nueve meses de dura elaboración. A Miró le costará mucho vender el cuadro, no a todo el mundo le gusta esto del “surrealismo” y además la tela tiene unas grandes dimensiones. Al final y después de algunas peripecias, el escritor Ernest Hemingway comprará el cuadro.