He aquí... un príncipe educado que decían que no sabía amar y una fiesta a la que no se podía asistir siendo hombre o mujer... Un príncipe señalado, nadie entiende por qué le cuesta tanto encontrar esposa... es el inicio de la sesión de cuentos contra la LGTBIfobia. No ser como la mayoría siempre ha sido un problema, porque esa mayoría tradicionalmente ha dictado que lo diferente era anormal. Los cuentos tradicionales retratan la diversidad de género, dicen que lo minoritario siempre ha existido y que, por lo tanto, es normal.
El amor de las tres naranjas es la historia de un gran reto. Bernadet, hijo de rey, y gran protagonista del relato, está condenado a la infelicidad hasta que no consiga el amor de las tres naranjas. El naranjo, del que cuelgan las tres naranjas, está en los límites que puede alcanzar el hombre. Muchísimas pruebas, adversidades, desencantos y desconciertos esperan al protagonista.
Conocemos la fortaleza del protagonista, la extraña heroicidad de quien persigue un objetivo, la perseverancia en no desfallecer y el final de una travesía que obsequia con el premio de la esperada felicidad. Tal como una Ítaca particular, en los cuentos, esa felicidad tiene forma de mujer.