En los talleres de cianotípia, nos adentramos en una breve introducción práctica a una de las primeras técnicas fotográficas de la historia, inventada el 1842 (tan solo 3 años después de la invención de la fotografía). aprendemos su sencilla formulación fotoquímica, y la practicamos a la manera en que Anna *Atkins, considerada la primera fotógrafa y autora del primero fotolibro, registró y catalogó todo un compendio de algas y plantas gracias a la acción del sol sobre la química.
De química muy barata, inocua y fácil de preparar, es una técnica perfecta para practicar en familia, e incluso para seguir practicando en casa una vez aprendidas sus bases. Puede ser un método además muy sencillo para pasar a papel nuestras fotografías digitales, de una manera diferente y con una durabilidad de décadas. No hace falta tener nociones previas de fotografía o química. Los asistentes aprenderán a manipular la química fotosensible, expondrán y revelarán sus imágenes en el Sol, y al acabar, se las llevarán a casa. El taller está orientado a niños y adultos. La química carece de peligrosidad, lo cual hace a la cianotípia una técnica apta para practicar en familia.