Con la hebra de un hilo podemos llegar a tejer toda una historia. Un hilo, un camino que sube y baja, que gira y revuelve y se convierte en una buena maraña. ¡Ya tenemos el ovillo! Unos cuántos nudos y todo atado. La telaraña que atrapa los sueños o unas cuerdas para ligar corto el viento. He perdido el hilo, ¿donde estábamos?
Un espacio de hilos para tejer solos o en compañía en unos grandes telares, donde pequeños y mayores compartiremos un buen rato usando las manos.
Espacio cooperativo, los participantes irán tejiendo a continuación de lo tejido previamente, creando así, entre todos, tapices colectivos.